Ya en el siglo XVIII el filósofo estadounidense Benjamin Franklin nos lo advirtió “no hay nada cierto salvo la muerte y los impuestos” y por eso mientras sigamos vivos (cada vez lo hacemos durante más tiempo) se vuelve necesario lidiar cada año con la administración. Y como dijo Keynes “evitar los impuestos es el único esfuerzo intelectual que tiene recompensa” con lo cual y desde estas líneas animo a todos los titulares de oficina de farmacia a trabajar junto con su asesor para hacer uso de las herramientas fiscales que tenemos a mano para minimizar la carga fiscal de cada año y hacer que el proyecto de nuestra farmacia crezca, evitando que Hacienda se lleve una gran parte de nuestros beneficios, por supuesto ni que decir tiene siempre cumpliendo la normativa.
Yo soy un convencido de que la mejor forma de rebajar la factura fiscal es buscar un colaborador que aparte de ayudar al titular a cumplir con las obligaciones legales (presentación de impuestos y trámites administrativos lo que se llama tradicionalmente gestoría) se esfuerce y diseñe junto al farmacéutico una estrategia económica/financiera/fiscal que contribuya a mejorar cada día los resultados de la farmacia, que hable su mismo idioma y que conozca en profundidad todo el ecosistema del sector (programas de gestión, tecnología, agentes, legislación, etc.) a lo que se le podría llamar asesoría especializada en farmacia. Por ello, la recomendación para todos los farmacéuticos es no contratar una gestoría y sí una asesoría/consultoría y a ser posible especializada, pues créanme la experiencia me dice que la primera opción es mucho más cara que la segunda, aunque mes a mes la factura por los servicios prestados sea menor.
Entremos ahora en materia, y veamos de qué forma podemos minimizar la carga fiscal, hay dos formas de mejorar el rendimiento de nuestra farmacia a través de los impuestos:
Diferimiento de impuestos en la farmacia:
Estrategia para pagar los impuestos lo más tarde posible y de esa manera mejorar nuestra tesorería y liquidez y poder usar ese dinero durante más tiempo en proyectos que sigan generando rentabilidad a mi farmacia.
Porque uno de los principios fundamentales de finanzas es el valor temporal del dinero, obtener 1 euro hoy es mejor que obtenerlo mañana pues lo podemos poner a trabajar para nosotros antes.
Para diferir impuestos el farmacéutico tiene en su mano diferentes opciones o estrategias a adoptar. Principalmente se trata de anticipar gastos fiscalmente deducibles y retrasar ingresos. ¿Cómo podemos anticipar gastos? Aquí van algunos ejemplos: si hago un pedido de bolsas o de material de oficina para todo el año, siempre será mejor hacerlo en diciembre que en enero, pues si lo hago en diciembre en la renta de junio (a los 6 meses) ya me habré deducido el gasto y recuperado mi tipo marginal, mientras que si lo hago en enero me lo deduciré en junio del año siguiente 18 meses después, pues la declaración de la renta se hace en junio del ejercicio siguiente. Con lo cual, para esos casos lo ideal es que la factura caiga en diciembre independientemente que nos den opción de pagar más tarde. La mejor herramienta que dispone el farmacéutico hoy en día para el diferimiento de impuestos son las amortizaciones de los bienes de inversión, pues si se cumplen determinados requisitos se pueden acelerar o incluso practicar amortizaciones de forma libre, con lo cual podemos decidir cuándo nos interesa imputar el gasto de nuestras inversiones, por ello es fundamental planificar bien el momento en el que hacemos las inversiones, pues a veces resulta interesante a nivel fiscal acompañarlas de un incremento de plantilla o hacerlas en un ejercicio u otro.
Por último, en cuanto a retrasar ingresos a efectos de diferir impuestos en general en farmacia tiene poca aplicación excepto en un caso en el que la aplicación es fundamental y es en el caso de las compra ventas de farmacia, si se vende la farmacia en diciembre del 2021, se pagaría la ganancia patrimonial en junio del 2022, mientras que, si la venta se hace en enero del 2022, la ganancia se pagaría en junio del 2023. Los impuestos que se pagan en este tipo de operaciones son cuantiosos (aproximadamente el 26%) y por ello tener en nuestro poder imaginemos 400.000 o 500.000 euros durante 12 meses más nos puede ayudar a obtener una buena rentabilidad.
Ahorro de impuestos en la farmacia:
Por supuesto es la finalidad última de un buen asesoramiento y una estrategia de planificación fiscal. Lo cierto es que la normativa cada vez pone menos mecanismos en nuestra mano para lograr ahorrar impuestos y por ello se vuelve más importante planificar si cabe pues los requisitos son restrictivos y hay que asegurarse que se cumplen y, por qué no, ser también muy creativos a la hora de diseñar una estrategia de ahorro de impuestos.
Voy a nombrar una serie de herramientas que dispone el farmacéutico para ahorrar impuestos a día de hoy, pero la idea que quiero que os quedéis es que combinando alguna de estas con las operaciones adecuadas se puede llegar a ahorrar muchos impuestos.
Las principales deducciones y o reducciones fiscales en Renta con las que se pueden llegar a ahorrar impuestos son: reducción por inicio de actividad, deducción por inversión en elementos nuevos del inmovilizado, aportación a planes de pensiones personales y empresariales, deducción por adquisición de la vivienda habitual, deducción por inversiones en I+D, música o espectáculos en vivo, deducción por inversión en empresas de nueva creación o las deducciones vinculadas a aspectos familiares (maternidad, familia númerosa, discapacitado a cargo, etc.) Importante recordar que cada Comunidad Autónoma establece una serie de deducciones pero que casi siempre están limitadas para bases imponibles inferiores a las rentas que obtienen la mayoría de titulares de oficina de farmacia.
Por otro lado para minimizar la carga fiscal, a parte de las deducciones existentes, exige un ejercicio de planificación y creatividad para aprovechar al máximo las oportunidades que nos brinda la Ley y para ello se pueden adoptar otra serie de estrategias como podrían ser: compensación de pérdidas patrimoniales con ganancias patrimoniales, cumplir los requisitos de empresa familiar para ahorrar en el impuesto del patrimonio y en el de sucesiones y donaciones, usar los fondos de inversión como ahorro para ahorrar plusvalía en una posible herencia, comprar y vender farmacias una vez amortizado el fondo de comercio para generar un nuevo fondo de comercio, hacer uso de la exención en renta de la transmisión de la vivienda habitual para mayores de 65 años, etc.
Resumiendo, si quieres sacar el máximo rendimiento de tu farmacia has de completar tu equipo con un especialista, que te ayude a trazar la estrategia fiscal adecuada (tanto a corto como a medio plazo) para que el fruto del esfuerzo de la gestión de la farmacia se quede en la cuenta del titular pagando la cantidad de impuestos estrictamente necesaria.
Eduardo Marín Agulló
Subdirector Audifarma