En un entorno como el actual, en el que los tipos de interés son incluso negativos, son muchos los clientes que se preguntan ¿Cómo saco rendimiento a la capacidad de ahorro que me genera mi actividad como titular de farmacia?
Hace unos años era fácil sacar rentabilidad a los ahorros con muy poco riesgo haciendo uso de los famosos y en vías de extinción plazos fijos. Pero hoy en día para sacar rentabilidad a las inversiones financieras hay que buscar otros productos que incorporan más riesgo y/o costes como son los valores que cotizan en bolsa, fondos de inversión, PIAS, Deuda Pública, planes de pensiones, etc… Sin duda este tipo de productos pueden ser muy interesantes según el perfil de cada inversor siempre y cuando estén correctamente asesorados y alineados con la aversión al riesgo y la estrategia de inversión de cada cliente. Por tanto, en caso de optar por esta vía lo más importante es que el asesor o la persona encargada de la gestión de nuestros ahorros tengan muy claro nuestro objetivo y que adapte las decisiones financieras con el propósito perseguido. Para ello, será fundamental tanto una reunión inicial donde se establezcan las líneas a seguir como reuniones periódicas para evaluar la evolución de las inversiones y tomar decisiones respecto de las mismas.
Otra alternativa es invertir en inmuebles, para tratar de sacar rentabilidad vía alquiler o incluso especulando con su venta. La cuestión de los inmuebles son los impuestos que hay que pagar cada vez que se compran y se venden (ITP, Plusvalía Municipal, IBI, Tasa de Basuras, Ganancia patrimonial en Renta, Impuesto del Patrimonio…). Sacar una buena rentabilidad a este tipo de inversiones requiere de mucho esfuerzo, pues hay que buscar el inmueble adecuado, arreglarlo, hacer frente a sus impuestos y ponerle un precio al alquiler que nos permita sacarle una rentabilidad apropiada, en un plazo de tiempo concreto. Además del trabajo que conlleva la gestión del alquiler, el trato con el inquilino y el riesgo de posibles impagos, desperfectos y demás. No obstante, es una opción de inversión con la cual se pueden obtener muy buenas rentabilidades pero requiere de un esfuerzo mayor que las inversiones financieras por ejemplo.
La alternativa más conservadora es dejar el ahorro en una cuenta corriente o incluso debajo del colchón (el resultado sería el mismo, no generaría ninguna rentabilidad), pero esto no parece buena idea debido a la inflación. Ya que los bienes y servicios incrementan el precio con el paso del tiempo y sin embargo nuestro dinero seguiría valiendo lo mismo, lo que supondría una pérdida de poder adquisitivo.
Por todo ello, ante esta perspectiva, soy partidario de reinvertir al menos una parte significativa del ahorro que genera la farmacia, en la propia farmacia. Veamos el porqué con un ejemplo:
Supongamos una farmacia de la Comunidad Valenciana que obtiene unos beneficios en 2018 de 180.000€ y cuyo tipo marginal en renta (último tramo de la escala) es del 48%, esto quiere decir que cada euro que gane de más pagará el 48%, pero también quiere decir, para el caso de la Comunidad Valenciana, que tiene 60.000€ de su beneficio que pagan el 48% y por lo tanto tiene 60.000€ para invertir en su negocio cuyo coste real después de impuestos sería el 52% de la inversión.
Supongamos que esta farmacia se plantea un aumento de horario y para ello necesita contratar un nuevo farmacéutico que le costaría al año entre sueldo y seguridad social 33.000€. Pues bien, el coste real después de impuestos no sería 33.000€ sino el 52%, es decir, 17.160€ pues los otros 15.840€ los ahorraría de impuestos.
Obviamente lo que perseguimos es sacar rentabilidad a esta inversión de 17.160€ en personal, para ello veamos cuánto más debe facturar la farmacia para sacarle una rentabilidad por ejemplo del 10% (ganar 1.716€/más). Sabiendo que el margen comercial de esta farmacia es de un 30% y que su ticket medio es de 25€/operación.
Si suponemos que el horario lo hemos ampliado en 4 horas, esto supondría hacer 4 operaciones más cada hora, un objetivo que parece bastante asequible.
Este ejemplo que hemos visto con una ampliación de horario y la contratación de un farmacéutico se podría hacer con cualquier tipo de inversión. La clave es que el ahorro que genera nuestro negocio se reinvierta en cosas que a su vez generen más beneficios a la farmacia creando así un circulo virtuoso.
Actualmente, y desde nuestra experiencia, las principales inversiones que podemos hacer en la farmacia se pueden ordenar en tres grandes bloques:
1) El equipo de la farmacia. La formación, los planes de incentivos, el horario, el salario emocional… son algunos de los mecanismos que podemos poner en marcha en la farmacia reinvirtiendo parte del beneficio. Sin duda el personal de la farmacia, su grado de implicación, la motivación y su formación son indispensables para un mejor rendimiento del negocio. Por ello es importante apostar y poner medios para conseguir estos objetivos.
A través de un plan continuo de formación del personal, se puede recurrir a consultorías de Recursos Humanos, a empresas de selección de personal para formar el equipo adecuado, también se puede optar por incluir rendimientos en especie en la nómina que además tienen incentivos fiscales para el trabajador como pueden ser los seguros de salud, bono transporte o bono guardería, entre otros.
2) Tecnología y automatización de la farmacia. Es vital intentar reducir el tiempo dedicado a tareas no productivas y para esto es esencial apoyarnos en la tecnología y en nuevas herramientas que nos ayuden a automatizar procesos en la farmacia. Para ello, podemos invertir en Robots (dependiendo del tipo de farmacia), gestores de cobro de efectivo, tecnología para la gestión de turnos, software de actualización de precios, programa de gestión, escáner para digitalizar facturas... Estos son algunos ejemplos de inversiones en la farmacia que nos ayudarán a mantener el círculo virtuoso: reinversión de beneficios, incremento de beneficios.
3) Marketing y consultoría. En la actualidad, los programas de gestión de farmacia contienen mucha información y muchas veces el titular de la farmacia no tiene tiempo para aprender a extraerla y mucho menos para analizarla. Por ello, contar con colaboradores externos que nos den la información de una forma ordenada y nos ayuden a trazar las líneas generales de la estrategia de la farmacia nos ayudará a mejorar su rendimiento.
En cuanto al marketing, lograr que comprar en nuestra farmacia se convierta en una experiencia para el cliente es fundamental y para ello muchas veces se requiere de ayuda de colaboradores que harán a buen seguro que la inversión en marketing de la farmacia se convierta en un incremento de los beneficios.
En conclusión, farmacias que obtienen rendimientos altos y por lo tanto tienen tipos marginales máximos tienen muchas probabilidades de conseguir una buena rentabilidad reinvirtiendo los beneficios (o al menos parte de ellos) en la propia farmacia. Además el hecho de reinvertir los beneficios en la farmacia, a día de hoy, cuenta con incentivos fiscales que todavía lo hace más interesante.
Lo más importante es que en el momento de tomar la decisión de cualquier inversión que afecte a la farmacia pensemos en nuestra estrategia y en la realidad de nuestra farmacia para que la inversión se adecue siempre a nuestras necesidades. Pues por ejemplo, no todas las farmacias puede necesitar de un Robot o de un gestor de turnos, pero hay multitud de opciones que nos ayudarán a mantener el círculo virtuoso del que hemos hablado en este artículo, y para ello conviene rodearnos de colaboradores que nos asesoren y adecuar las inversiones a las capacidades de la farmacia.
No obstante, si después de la lectura de este artículo sigue pensando que donde mejor están sus ahorros es debajo del colchón le recomiendo comprar una buena caja de seguridad y contratar un buen sistema de alarma que obviamente no podrá desgravar a su tipo marginal por no estar afecto a su actividad de farmacia.
Eduardo Marín Agulló
Responsable asesoría fiscal Audifarma.