Cambio de asesoría; ¿cómo, cuándo y por qué?

Sin duda cambiar de asesoría es una de las decisiones más difíciles para todo empresario, pues un asesor de manera habitual es una persona de confianza para el titular del negocio, es alguien a quién se dirige cuando tiene un problema empresarial y en muchos casos con quién celebra sus éxitos, con quién valora acometer sus próximos proyectos y en quien se apoya para llevarlos adelante. Antes de nada, me gustaría buscar una definición para el concepto asesoría, pues, según mi experiencia, en multitud de ocasiones se tiene a confundir los términos; gestoría, asesoría y consultoría hasta tal punto que no se identifican claramente las diferencias y los aspectos comunes. Empezaré por remarcar que, el hecho de no significar lo mismo, no quiere decir que una gestoría no pueda asesorar o hacer consultoría, o que una asesoría o una consultora no puedan hacer gestiones. Lo realmente importante es que el usuario tenga claro el servicio que está contratando y que se corresponda con lo que recibe.

Gestoría

Llamamos gestoría a aquella empresa de servicios que se encarga de realizar tramites para que sus clientes cumplan con la normativa establecida. En el caso de las oficinas de farmacia se trataría de una empresa que básicamente se encarga de realizar la contabilidad y presentar los modelos de Hacienda, así como de hacer las nóminas y los seguros sociales, sin más pretensión de que sus clientes tengan todas sus obligaciones legales correctamente presentadas. En este caso, no les compete preocuparse sobre si el resultado del negocio de su cliente va mejor o peor, su servicio no cubre el asesoramiento para reducir la carga fiscal o para diferir impuestos, no entran en temas de tesorería (puesto que no es una obligación legal), no contemplan reuniones de planificación fiscal o laboral periódicas, no trabajan con objetivos anuales, ni tampoco se forma parte de sus servicios exponer al cliente cuánto ha ganado al mes/trimestre/año antes y/o después de impuestos. Y no lo hacen, no porque no lo sepan hacer, sino porque su cliente no ha contratado ese servicio.

Asesoría

Bajo nuestro punto de vista, el servicio de asesoría es un paso más al de gestoría (y por ello ha de tener un precio mayor, hablo de precio que no de coste, pues sin duda el retorno es mucho mayor), es decir, incluiría por supuesto, la presentación de todas las obligaciones legales, pero además daría una vuelta de tuerca adicional al servicio asesorando al cliente mediante planificación fiscal/contable/laboral que permitiera mejorar los resultados económicos de su negocio/farmacia. En este tipo de servicios ya entran en juego otros conceptos tales como reuniones periódicas de previsión de impuestos, presupuestaría, tesorería, planificación de inversiones, proyectos, contrataciones, cash Flow , EBITDA, análisis de balances, ratios, indicadores, cuadros de mandos, etc. Para que la prestación de este servicio tenga éxito la proactividad del asesor es fundamental, pues es lo que va a permitir tomar decisiones con la antelación suficiente.

Consultoría

A mi parecer, el servicio de consultoría no tiene por qué incluir la tramitación de todas las obligaciones legales del cliente (gestoría/asesoría) pues se trata de un servicio mucho más profundo que lo que busca es mejorar los resultados de las empresas a través de muchas áreas como el marketing, los procesos, los recursos humanos, el área operacional, etc. Es un servicio que requiere profesionales que cuenten con amplia experiencia y creatividad para aportar soluciones que conduzcan a la empresa a mejorar sus resultados. Una vez definidos cuáles son los tipos de servicios que un empresario o empresa se puede encontrar en el mercado, considero que una farmacia por la complejidad de sus operaciones, por el volumen que maneja y por el perfil de empresario/sanitario que tienen sus titulares deberían decantarse en la mayoría de los casos por contratar los servicios de una asesoría y/o consultora pues el de gestoría a mi modo de ver puede resultar insuficiente. Respondiendo a las preguntas del título del artículo, creo que una farmacia -y cualquier otra empresa interesada en cambiar de asesoría, gestoría o consultora- ha de valorar cambiar de asesoría cuando el servicio que le prestan no se corresponde con sus necesidades, por ejemplo, un farmacéutico experto en gestión y que le dedica casi todo su tiempo a este área, pero que no tiene conocimientos fiscales, contables o laborales y tiene una farmacia que paga muchos impuestos y mucha rotación de personal, seguramente no precise una consultoría, pero si una asesoría y desde mi punto de vista una especializada en farmacia. Sin embargo, un o una titular de farmacia cuyo cónyuge es economista y se encarga de la contabilidad y los aspectos fiscales del negocio, en este caso el servicio que precisa sería una gestoría para la presentación de las obligaciones formales y una consultoría para la mejora del negocio. Y un último ejemplo, un/a titular que afronta por primera vez el reto de tener una farmacia sin duda necesita como mínimo un servicio de asesoramiento especializado y posiblemente también de consultoría. En cuanto al cómo y el cuándo, a la hora de hacer un cambio de asesoría es una cuestión que en mi experiencia les preocupa mucho a los clientes y en algunos casos les paraliza y posponen la decisión. En la práctica, todo mucho más sencillo de lo que parece. Sin duda el mejor momento sería a 1 de enero con el cambio de ejercicio fiscal, pero la realidad es que entre profesionales cuando hay un cambio de asesoría hay mucha colaboración y no hay ningún problema en hacerlo en cualquier otro momento, eso sí, hay que hacerlo en coordinación entre las dos asesorías para que nunca haya problemas que puedan repercutir en el cliente. Me gustaría concluir resaltando el valor de la especialización ya que creo profundamente en ella y por ello desempeño mi labor en un despacho especializado porque creo que es el camino hacia la excelencia en la prestación de los servicios, por eso y si me lo permiten mi asesoramiento en este sentido a todos los titulares de oficina de farmacia, es que trabajen con una asesoría especializada en farmacia y que contraten los servicios que realmente necesitan por su perfil de empresario y de empresa.

26 de octubre de 2022

Eduardo Marín

Asesor fiscal en Audifarma