Desde el pasado mes de marzo la sociedad española nos hemos visto envuelta en una pandemia sin precedentes en la historia y esto ha llevado a cambiar muchos hábitos en el día a día del conjunto de la población. Pues bien, la farmacia no ha sido una excepción a esta situación y ha tenido que enfrentarse a multitud de cambios encaminados a disminuir la posibilidad de contagio tanto en el propio local de la farmacia como para el entorno de sus pacientes lo que le ha llevado a:
- Cambiar la composición de su stock dando un mayor peso a productos relacionados con la prevención del contagio tales como mascarillas, guantes, pantallas, geles…. Para poder satisfacer las necesidades de protección de todos sus pacientes/clientes.
- Inversión en equipos de protección individual (guantes, mascarillas, geles…) para los empleados de la propia farmacia, garantizando de esta manera que no se produzcan contagios dentro de la oficina de farmacia.
- Inversión en señalética, pantallas, limpieza diaria y desinfección.
- En algunos casos inversión en personal para establecer turnos de trabajo garantizando de esta forma la atención farmacéutica ante un posible contagio.