La RAE define la contabilidad como la técnica que estudia la realidad económica y financiera de las empresas u organizaciones.
Una definición muy simple sobre la contabilidad de una farmacia podría ser la siguiente: “disciplina que sirve para registrar todas las operaciones que realiza una oficina de farmacia siguiendo un orden cronológico y unas normas de obligado cumplimiento”. Pero tras esta definición tan sencilla hay un montón de información que nos proporciona una buena contabilidad: conocer el margen del negocio, saber la liquidez que genera la farmacia, ser conscientes de la capacidad que tenemos para endeudarnos o para amortizar una determinada inversión, saber el peso que cada gasto tiene sobre el total de nuestros ingresos, detectar duplicidad de pagos o pagos que no se corresponden con nuestras facturas, también nos permitirá ver si estamos cumpliendo con los objetivos marcados a través de la contabilidad presupuestaria, saber lo que nos deben nuestros clientes, conocer los vencimientos de nuestras facturas y por último constituye la base para calcular los impuestos a pagar en el IRPF del farmacéutico titular.
El farmacéutico es un profesional sanitario con un alto grado de formación científica y normalmente prefiere delegar la parte económica y financiera en un colaborador, pues bien, en el caso de la farmacia es muy importante que el colaborador que se encarga de la contabilidad sea especialista en el sector pues hay que conocer muy bien las especiales problemáticas del mundo de la farmacia. Sin ir más lejos reflejar contablemente una liquidación de cualquier Colegio de Farmacéuticos de España no es labor nada fácil para un contable que no sabe cómo funciona una farmacia, conceptos como deducción RDL 8/2010, deducción RD 1193/2011, abono RDL 8/2010 Farmaindustria, abono PVL tiras reactivas, aportación... requieren de un conocimiento del sector tan especialmente regulado como el de la farmacia.
Para llevar bien la contabilidad de una farmacia hay que saber qué márgenes se manejan en el sector, distinguir entre un laboratorio, un almacén y un grupo de compras. Hay que conocer y saber interpretar las facturas y los conceptos facturables de los almacenes de distribución. También es importante conocer cuánto gasta habitualmente una farmacia en cada partida contable para poder asesorar si hay excesivos gastos en determinados conceptos.
Todo aquel profesional que se dedique a contabilizar las operaciones de una farmacia debe estar familiarizado con el programa de gestión de la misma, pues la información que Hacienda va a revisar en caso de inspección no es sólo la puramente contable, también revisaran los libros auxiliares que están basados en los diarios de ventas del programa de gestión de la farmacia y una mala interpretación de la información de dichos programas puede dar lugar a errores que se traducirán en liquidaciones y sanciones de la Administración tributaria.
Por todo esto, los profesionales de nuestro despacho no sólo son expertos en contabilidad sectorial de oficinas de farmacia, sino que además todos ellos manejan con soltura los distintos programas de gestión de la oficina de farmacia. Lo que nos permite realizar una contabilidad que es el fiel reflejo de la actividad de la oficina de farmacia.
Ya lo dijo Robert Toru Kiyosaki “Es posible que la contabilidad sea la materia más confusa y aburrida del mundo, pero si quieres ser rico a largo plazo, tal vez también sea la más importante.” Y el caso de la farmacia no es ninguna excepción.
Eduardo Marín Agulló
Responsable asesoría fiscal Audifarma