La farmacia, desnuda ante sus proveedores

Cada vez más nuestros clientes nos consultan sobre el mismo asunto; "¿crees que debo de darle mis datos de ventas a un proveedor, a cambio de unas mejores condiciones?". La frase “los datos son el nuevo petróleo” contiene 18’5 millones de entradas en Google, así que imaginaros la cantidad de veces que ha sido usada en diferentes páginas y comentarios. Si diéramos por hecho que hay parte de verdad en la frase, en una sociedad digitalizada y tremendamente interconectada, los datos tendrían un verdadero valor, un valor que se cuantificaría, de una forma u otra, pero que tendría su reflejo en un dato económico. ¿Para quién tienen valor los datos de las ventas de una farmacia desglosadas producto por producto y mes por mes, año a año? Así, de principio, se me ocurren:
  1. Nuestros mayoristas, que sabrán cuánto podemos comprar en un año y por tanto, comparando el dato con cuánto les compramos, saber hasta dónde llega nuestro compromiso con ellos y hasta dónde nos podrían llegar a vender.
  2. Nuestros proveedores, laboratorios, que sabrán qué penetración tienen los productos de su marca en relación con los que la farmacia vende de los laboratorios que tienen productos competidores de los suyos, de esa forma también saben nuestro compromiso con ellos y hasta dónde nos podrían llegar a vender.
  3. Las casas de estudios de mercado, como HMR e Iqvia, que elaboran paneles de ventas, cuyos informes son vendidos, tanto a mayoristas, como a laboratorios para saber sus cuotas de mercado y el grado de penetración de sus productos por zonas comerciales, lo que supone una auditoría del éxito de sus políticas comerciales y de marketing.
  4. Cualquiera que quiera prestar algún tipo de servicio a la farmacia, pues de esa forma conocen indirectamente su capacidad económica en función de las ventas y por tanto el tamaño de la farmacia.
Como sabéis, una parte importante de nuestros servicios tienen que ver con la protección de los datos personales y por tanto está en el ADN de Audifarma el ser totalmente respetuosos con las exigencias legales. No queremos decir que en los datos de código de producto y número de unidades vendidas por período haya ningún dato personal, sino que algunos de estos interesados, aprovechando que se instala en el ordenador de la farmacia lo que se llama un “extractor” de información, y que ésta pasa de forma desatendida y gratuita, aprovechan para recabar información que nada tiene que ver con las ventas y que sí que puede comprometer a la farmacia, como por ejemplo las unidades que se han vendido con receta y sin receta, los precios que la farmacia tiene en productos de precio libre, las unidades en stock de cada producto, etc. La primera conclusión es clara; dirígete a aquel a quien vas a ceder tus datos y que te firme por escrito que no se lleva nada más que aquello que estrictamente has pactado con ellos, pues en caso contrario el titular de la farmacia va a ser responsable de no haber custodiado los datos si se produce algún problema por haber dejado a alguien sacar de tu base de datos, algunos protegidos legalmente y que vete a saber tú dónde acaban porque alguien decide comerciar con ellos el día de mañana. La segunda es que no es lo mismo ceder nuestros datos a una empresa que únicamente los trata de forma agregada para obtener una información tipo panel del sector, que entregarla a un proveedor nuestro que la va a poder utilizar de forma individualizada en nuestra contra en alguna negociación de condiciones futura, o no es lo mismo cederla a nuestra consultora de marketing, que sin los datos no nos podrá dar un asesoramiento completo, que darla a esa empresa de internet que la usa para un fin que no conocemos en detalle y que nos promete algo de lo que no estamos muy seguros. La tercera conclusión es que, si nuestros datos tienen un valor económico, pues permiten a cualquiera que pueda acceder a ellos tener, cuanto menos, la posibilidad de calificar nuestra farmacia en función de sus ventas, vamos a restringir el entregar nuestros datos, únicamente a aquellos casos en que lo que obtengamos a cambio tenga para nosotros un valor importante. Si un grueso de farmacias, sobre todo las mayores, que resultan más importantes en cuanto a su capacidad de compra y por tanto fuerza negociadora frente a sus proveedores, sean estos almacenes de distribución, grupos de compra o laboratorios, sistemáticamente niegan sus datos a quienes les venden productos, nos podemos encontrar con que se logre revertir esta tendencia que, en mi opinión, en nada beneficia a la farmacia. Si por el contrario seguimos cediendo nuestros datos sin control, antes o después nos encontraremos que nos llegan ofrecimientos de todo tipo de productos o servicios, sin saber de dónde les ha venido nuestra información, basados en datos que sólo nosotros conocíamos, o que empeore nuestra capacidad negociadora frente a alguien que sabe perfectamente cuáles son sus límites y lo que podemos llegar a comprar y pagar por esos productos. En definitiva, si elegimos permanecer desnudos frente a nuestros proveedores, que no nos extrañe que se nos vean aquellos aspectos que no nos gustaría que nadie supiera, y no nos arrepintamos mañana si alguien nos dice algo de nosotros que no debería de saber, pues sólo en nuestra mano está el haberlo evitado.

1 de agosto de 2022

Juan Jesús Sánchez Director de Audifarma