Cuando uno ve la gráfica que refleja la evolución en el tiempo del reparto del mercado farmacéutico español entre la parte que representa la venta en farmacia y la parte que representa la venta hospitalaria, al menos a mi me ocurre, se queda impresionado.
La parte que representa la farmacia está bastante estabilizada desde hace ya unos cuantos años, pero la parte que representa el mercado hospitalario no ha hecho más que crecer en los últimos quince años, lo que se puede calificar sin duda alguna como tendencia.
Si además resulta que uno trata de informarse un poco más y encuentra este dato demoledor: “El 83% del mercado hospitalario se centra en pacientes externos y ambulantes que reciben su medicación en estos centros” la impresión es todavía mayor, pues nos lleva hacia una sustitución progresiva de un subsegmento de este mercado por el otro.
Qué futuro le espera a la farmacia española en la vertiente del medicamento, que según nos informa IQVIA, supone un 75% de la venta de la farmacia, cuando los nuevos lanzamientos, lo que llamaríamos la innovación, solamente suponen un 1% de la facturación de la misma.
Además resulta que el año pasado los genéricos han crecido por encima de lo que lo han hecho las marcas, tanto en unidades como en valores lo que refuerza aún más el argumento que incluía en el título del artículo, que es la tesis de que la innovación abandona el canal farmacia.
Ya vemos que es lo que pasa en la pata fundamental de las ventas de una farmacia, la del medicamento, pero qué ha pasado en la otra pata, la menos importante, la del producto de consumo o venta libre.
Pues lo que ha pasado es que el mercado de autoconsumo no ha crecido en unidades, pero si lo ha hecho en valores, un 2’8%, lo que dicho de otra forma, quiere decir que estamos basando el crecimiento en aumentar el ticket medio a base de vender productos más caros para las mismas necesidades.
Una parte de esa falta de crecimiento hay que buscarla en la nutrición, que como categoría se está perdiendo, en parte porque demográficamente nuestra sociedad está eligiendo no tener niños, y en parte porque el canal farmacia no está sabiendo mantener su propia cuota de mercado.
Si a eso añadimos que el año no fue frío y las terapias relacionadas con ese frío son fundamentales en la farmacia, tenemos un año que no recordaremos por la evolución positiva de la facturación de la farmacia. Eso si, como siempre, la procesión va por barrios y a unos les habrá ido muy mal y a otros, los menos, muy bien.
Pero no olvidemos que si la innovación se va de la farmacia, tendremos que sustituir su crecimiento por el de otras categorías de productos o servicios porque una farmacia condenada a no crecer es una farmacia condenada, al menos parte de su colectivo, a desaparecer.
Juan Jesús Sánchez Velázquez
Director Audifarma