Cuando se cumplen exactamente dos años de la entrada en vigor del Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD) estamos a la espera de la publicación de un nuevo Reglamento Europeo que afectará al comercio electrónico (Reglamento e-Privacy) y que derogará la LSSI actual y unificará criterios en todos los Estados Miembros.
Aunque aún no tengamos esa norma europea, las páginas web ya tienen que estar adecuadas a las consideraciones del RGPD y prueba de ello son las numerosas sanciones ya impuestas a sitios web que no cumplían con las condiciones de información, transparencia, consentimiento y configuración requeridas.
Por tanto, no debemos esperar a la publicación del e-Privacy para tomar conciencia de la adecuación de las web, el RGPD no solo afecta a nuestros negocios físicos, sino también a nuestros escaparates y mostradores virtuales.
Solemos pensar que no nos va a “tocar” a nosotros, cuando hay grandes empresas que cometen infracciones mucho más graves y evidentes que nosotros, además pensamos que no hacemos “nada raro”, como mucho dar información de nuestro negocio, de los servicios que prestamos y tener un formulario de contacto para que el usuario nos pida información o se suscriba a nuestro boletín, newsletter, blog…. Y si vendemos nuestros productos, pues nada, ponemos el producto, un carrito y claro, pedimos los datos necesarios para poder hacérselo llegar y pagar, evidentemente. Pues bien, igual de mal está un aviso de cookies, por ejemplo, para una gran multinacional que para nuestra “modesta web” y el usuario puede acceder a todas ellas y puede reclamar en cualquiera de ellas. O igualmente puedo “molestar” a un usuario bombardeándole con promociones y artículos de información sobre una materia y no haberle informado de ello, o solicita darse de baja de esa lista y no se gestiona correctamente, no solo no le contestamos sino que no le damos de baja y seguimos enviándole comunicaciones todas las semanas como al resto de clientes que sí están interesados…Evidentemente se cansará y seguramente reclamará ante la Autoridad de Control porque nosotros no le hacemos caso y… ya tenemos sanción, con el mismo baremo que el de una gran empresa.
Se refuerza, por consiguiente, la idea que venimos transmitiendo en los últimos artículos: el cumplimiento de la normativa de cualquier actividad que realicemos debe ser asesorada y redactada por expertos en la materia, ya que corremos un grave riesgo de infracción si se omiten los preceptos que afectan a cada actividad o si son copiadas de cualquier otra web que no tiene nada o poco que ver con la nuestra.
Verónica García Doylataguerra
Consultora LOPDGD