Transmisión familiar de la farmacia

TRANSMISIÓN FAMILIAR DE LA FARMACIA
A nadie se le escapa que la farmacia es y ha sido siempre uno de los negocios con mayor tradición familiar. Es muy habitual que las farmacias pasen de padres a hijos u otros familiares cercanos. Ya en los orígenes de la profesión a los primeros boticarios se les consideraba como artesanos de la medicina, por aquel entonces los conocimientos medicinales eran fruto de la experiencia y se transmitían por la cultura familiar, en ese contexto parece lógico que los hijos continuaran con la profesión de sus padres junto con su conocimiento sanitario. Si a todo esto le sumamos que a día de hoy bien gestionada la oficina de farmacia sigue siendo un negocio con buenos márgenes de rentabilidad (lo que hace que sean de difícil acceso para un recién graduado sin ahorros) y que además existen importantes beneficios fiscales que permiten transmitir la farmacia de padres a hijos sin tener que pagar una importante cantidad de impuestos. No es de extrañar que un alto porcentaje de las 22.000 oficinas de farmacia que hay repartidas por toda la geografía española provengan del ámbito familiar. La transmisión de la farmacia de padres a hijos puede hacerse mortis causa (herencia) o inter vivos (compra-venta, donación u operación mixta), pero antes de determinar a través de qué tipo de operación haremos el relevo generacional, conviene siempre hacer un planteamiento óptimo desde tres puntos de vista y en mi opinión en este orden de importancia: 1) Situación familiar (relaciones personales). 2) Situación económico financiera presente y futura de los intervinientes en la operación. 3) Optimización fiscal de la operación. Para afrontar cada uno de estos tres puntos disponemos de múltiples herramientas y variables clave en la operación: En cuanto al primer punto habría que revisar los regímenes matrimoniales de los intervinientes de la operación y los testamentos de los mismos. Además, convendría plantearse si es necesario realizar un protocolo en pro de una buena futura convivencia familiar. Para el segundo de los puntos hay que valorar la manera de llevar a cabo el relevo si lucrativo u oneroso, el % de transmisión, la pensión del padre/madre, el posible alquiler del local, la forma de pago y sobre todo las necesidades financieras de todas las partes en cada momento (presente y futuro). En este punto hay que combinar la jubilación del padre/madre que deja la farmacia con una adecuada cartera de ingresos (venta de la farmacia, alquileres, rentabilidad de productos financieros, etc…) que le permitan mantener el nivel de vida de antes de desprenderse de la farmacia. Y por último para optimizar el tercer punto no hay más secreto que planificar fiscalmente con tiempo suficiente y adoptar una estrategia a medio/largo plazo que nos permita ahorrar el máximo a nivel impositivo teniendo en cuenta todos los tributos que intervienen en la operación tanto en el momento de llevarla a cabo como en los años posteriores (Renta, Patrimonio, Sucesiones y donaciones, Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, plusvalía municipal…). De mi experiencia en este tipo de operaciones, me gustaría hacer las siguientes recomendaciones: empezar a diseñar el relevo cuanto antes (se evitan problemas sobre la valoración de la farmacia, pues una vez que la siguiente generación está trabajando en el negocio familiar se presentan problemas sobre qué parte del aumento del valor de la farmacia es imputable a una generación o a la otra y esto puede traer problemas frente a hijos no farmacéuticos), la operación debe ser lo suficientemente flexible para que ante un cambio importante en las circunstancias de alguno de los intervinientes se pueda cubrir ese riesgo y por último a nivel fiscal hay que trabajar con una doble planificación la táctica (del año a año el Impuesto de Renta principalmente) y lo que es más importante aún si cabe una planificación a nivel estratégico más a largo plazo (para optimizar el Impuesto del Patrimonio y el Impuesto de Sucesiones y Donaciones) con la finalidad de que el patrimonio familiar no se vea mermado. Lo que esta meridianamente claro es que en este tipo de operaciones lo que vale para un grupo familiar no tiene por qué valer para cualquier otro, por ello por mucho que escuchen hablar de que mi compañera lo hizo así con sus hijos y le fue muy bien, no traten de imitar sin un análisis previo, pues cada relevo generacional es único por la gran cantidad de variables que intervienen en los mismos y requiere de hacer un esfuerzo y diseñar un traje a medida para cada familia. Me gustaría aprovechar este post para agradecer la confianza depositada en nuestra experiencia a todos los grupos familiares que nos han permitido colaborar con ellos a diseñar la estrategia óptima para su relevo generacional, seguimos trabajando para aportarles valor y buscar la mejor de las soluciones para su caso concreto. Y a los que todavía no se lo hayan planteado, les invito a reflexionar sobre cuál sería el mejor momento para empezar a trabajar en ello. Como dice el proverbio chino “el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años, el segundo mejor momento es hoy”.

16 de junio de 2022

Eduardo Marín

Asesor fiscal en Audifarma